sábado, 17 de julio de 2010

Night Time

Llega la noche cerrada y se hace el silencio en mi cuarto. No se escucha la televisión ni el murmullo de la familia hablando de nada en particular. El teléfono que nunca paraba de sonar decidió darnos una tregua al fin. Ya no había ruido. Con las cortinas cayendo pesadamente sobre mi ventana llegaba a dudar que pudiera encontrar la calle tras sus cristales. Sentía como si mis cuatro paredes se hubieran escapado de la realidad, lejos del mundo para dedicarme una sonora sinfonía del silencio.

Mi reloj se había parado también. Aquí en esta habitación el Tiempo ya no tenía importancia. No era ni tarde ni temprano. No hay prisas por llegar o salir, ni compromisos que atender o trabajo al que llegar. Este es el momento adecuado.


Aquí, escondidos en la más absoluta oscuridad, mi habitación se ilumina con un par de miradas complices que se hacen cosquillas en medio de la noche. Nadie puede escuchar sus carcajadas porque se hallan lejos de ninguna parte. Mientras la calle se vuelve borrosa, dos sonrisas se perfilan sobre el colchón.

El resto del mundo sigue durmiendo, mientras que yo, estando despierto, no puedo parar de soñar....