jueves, 30 de octubre de 2008

Rainy day


Hoy estamos de limpieza.. Están fregando el mundo y parece que va para rato. Mientras espero en casa para no pisar lo fregado, miro desde la ventana la lluvia caer. No puedo evitar dejar mi mente volar.

Pienso en salir a la calle y caminar sin importar el frío o la lluvia. El sentir bajo las gotas de agua la eterna melancolía y dejarme evadir por la sensación de mojarme hasta el alma, y que todo me dé igual. El mundo sigue girando, pero el tiempo se detiene para mí. Colas, luces y paraguas se mueven a mi alrededor corriendo por salvaguardarse de las aguas. Pero yo sigo aquí, en mi oasis en medio de la tempestad...

Un ruido me saca de mi sueño y el frío se cuela por las paredes. La manta me protege de la invasión helada del exterior y el calor me adormece un poco. Con los ojos entrecerrados imagino un lugar en el mundo. Un sitio más allá de las fronteras del Miedo y la Duda, donde un día plantaré mi bandera. Allí, a miles de kilómetros de distancia de lo que hoy llamo mi hogar, me veo con mi cara pegada a una ventana como esta, viendo la misma lluvia correr a besar el suelo. Incluso allí.... lejos del mi mundo y de los lazos que me atan, seguiré sintiendo lo mismo... Lo sé. Por mucho lo intente, por mucho que corra nunca podré escapar de la lluvia

viernes, 24 de octubre de 2008

Un lugar en mis sueños


Quiero... casarme y tener hijos.... trabajar en la Comisión Europea... ser un famoso creativo de Marketing... ser director de Marketing... tener un buen trabajo... encontrar el amor verdadero... tener una vida tranquila y relajada en un lugar en el mundo.. quiero... hacer mi vida otra vez...

Uno no se cansa de soñar, y la vida le devuelve a la realidad una y otra vez. Aquel que se cubre de las gotas de la realidad creo que es afortunado, porque es capaz de vivir su propia locura bajo su paraguas. Una locura que te lleva lejos, te crecen alas y ya no estás aquí, o bien cerca de los tuyos. No hay límites sino los que pone uno mismo.

Hay gente que piensa que estoy loco, porque cada mes, cada año, persigo un sueño, una ilusion. El tiempo pasa y sigo aquí, cuando juré al mundo que nadie más me volvería a ver. El mundo elucubra y juzga, pero yo sigo riendo por dentro. Ellos critican, pero cada día mi escalera crece. Llegará un día en que será lo suficientemente alta para que nadie más me vuelva a ver. Mientras suba y el mundo asombrado espere mi caída, yo seguiré escalando hasta llegar a allí... a un lugar en mis sueños....

Mr. Planning strikes again

Mr Planning apunta en su lista tranquilamente las tareas pendientes de hoy. Su check list aumenta, pero él no se estresa porque todo permanece bajo su control. La adrenalina de la tensión por las cosas que hacer. Pero a mayor riesgo, mayor satisfacción. Sabía todo lo que le rodeaba y conocía los pros y los contras, los problemas y situaciones. Todo estaba bajo su control.

El problema es cuando Mr Planning intenta controlar el resto de variables de su vida, cuando tiempo atrás cedió parte de su control al mundo. Ahora todo se ha convertido en la comedia de lo absurdo ¿Qué hacer cuando el amo del control no puede controlar? Su destino, que una vez decidió delegar, ya no le pertenece. El corazón se atormente mientras las cuerdas que le atan se tiñen de rojo.

Cuando el controlador se siente controlado intenta zafarse, presa del agobio y la claustrofobia, pero sólo es capaz de topar con paredes que no ve. Se siente como ratón ciego en un laberinto, donde todos menos él son capaces de ver adónde va a ir, salvo él. Sus pulmones se cierran de la asfixia, sus ojos se oscurecen, y su garganta dejó de emitir sonido alguno. La titiritero es manejado por otras cuerdas. "No debería ser así... no es así como lo había planeado" intentaba balbucear. Con lágrimas en sus ojos, implora a la cruceta de madera que dirige sus pasos un poco de comprensión, un poco de libertad.

domingo, 19 de octubre de 2008

El niño que quiso conocer el Amor

Había una vez un niño soñaba con conocer al Amor. En su caja de pinturas el rojo siempre estaba gastado, y nunca podía conciliar el sueño si no dormía abrazado a su almohada. Nunca supo exactamente quién le había hablado de ese sentimiento, pero algo dentro de sí le decía que no había nada más importante en esta vida que conocerlo. Sabía que llegaría el día que sería capaz de darlo todo por tenerlo consigo aunque sólo fuera un momento, incluso vender su alma si hiciera falta.

Fantaseaba con una pareja conversadora, cómplice y con la que haría mil planes de futuro. Esa persona lo sabría todo de él, y él todo de ella. Al llegar de trabajar, como en las películas de antaño, le preguntaría "¿Cómo te ha ido el día?" mientras él dejaba el sombrero en el perchero, y en un tierno abrazo le diría: "Muy bien, mi amor". Con esa persona compartiría aficiones, y momentos especiales, todos los días podría recordarlos por separado por algo en concreto que les había pasado juntos. Serían libres ambos de tener su espacio, y con la que discutiría de vez en cuando, pero serían peleas de chiste, donde finalmente siempre acabarían riendo.

Las caricias serían el idioma en el que hablarían, y antes de dormir una guerra de almohadas los cansaría tanto que acabarían rendidos los dos. El amanecer le descubriría un desayuno en la cama, y un beso sería la primera sensación que descubriese del nuevo día.

Un amor que les lleve al parque, a la plaza, a un barquito de remos y al final del mundo si hiciera falta. Si la caricia era su lenguaje, cada beso sería toda una conversación, un tiempo de evasión del mundo. Una escapada en cualquier momento, sin importar el dónde o el cuándo, sólo con quién.

El niño creció, buscando escaleras de corazón en las cartas de póker. Todavía bajo la inocencia de sus ojos soñadores, buscaba el amor tal y como lo había idealizado, ese sentimiento que no se desgasta con el tiempo, almibarado sin empalagar, perfecto como ningún otro y maravilloso como nada en el mundo.

Ojalá ese crío encuentre alguna vez lo que busca...

sábado, 18 de octubre de 2008

Miedos


Miedo a volar, miedo a los insectos, a la muerte, a los espacios abiertos. Hay fobias y miedos por doquier. Yo tengo los míos también. Sombras que se agarran a mi corazón, estrujándolo hasta sangrar. dudas que ofenden a la razón, hasta crear un cortocircuito en forma de implosión. Un dolor tan fuerte como cuchillas rasgando la piel, que me demuestran que no soy tan fuerte como pensaba, y que la felicidad no estaba tan al alcance de la mano como siempre soñé.

Cádaveres en el armario, demonios bajo la cama. Uno es feliz mientras es capaz de ignorarlos, desoír sus chismes y habladurías, de olvidar que existen... Hasta que un día, ése en el que notas que las cosas no van del todo bien, deciden hacerte una visita, y recordar la promesa a sufrir. Los pies se tornan más pesados, los ojos se cierran para dar lugar a las pesadillas. Mal día para los sueños que se hacen realidad.

Algún día, pienso siempre, seré capaz de vencerles uno a uno. Sacaré las fuerzas de mi interior y los eliminaré. Ojalá pueda, pero las nieblas me rodean, la oscuridad me envuelve para recordarme que los sueños no se hacen realidad. No puedo evitar taparme hasta arriba con la manta, acurrucarme haciendo un ovillo y abrazar mi almohada. Tengo miedo

domingo, 12 de octubre de 2008

El virus del especulador


Hablar de crisis está de moda. Parece que es lo único que se escucha por los pasillos, en las casas, en el trabajo… Pero nadie habla del instigador, aquel que envenena los oídos de los demás hasta intoxicar, el que siembra la duda en los mercados, en la cabeza, en el corazón. La crisis es como un virus que se propaga hasta explotar.

Él te dice que las cosas no son lo que parecen… que tengas cuidado del peligro inminente, de la bolsa que cae, de tu mejor amigo, del que tienes al lado... Al principio tus cimientos bien asentados resisten ante comentarios y dudas sin hacer mucho caso a lo que se dice por ahí. El problema es cuando no es un único especulador, sino que se van amontonando uno a uno detrás de tu puerta, advirtiéndote de los posibles peligros del mundo... Ccuando llega el enésimo especulador... Ese enésimo… siempre lo dice en un tono especial, distinto que el resto, a modo de gancho sorpresa. Las defensas caen y las bacterias de las dudas se infiltran bajo los poros, contagiando la incertidumbre a modo de solución intravenosa.

Vas notando como el miedo se transmite de tu brazo hasta la médula, y el pánico inunda tu mente. La fiebre sube y tus ojos lagrimean, porque ya has perdido la batalla. Has caído en sus brazos y eres un títere del terror. Es la madre de todas las crisis. Mientras, el especulador ya se ha ido, porque ya ha hecho su trabajo.

Convaleciente, te recuperas del golpe poco a poco, reactivando la confianza, buscando solución a esos cimientos que no aguantaron lo suficiente. En el fondo, la culpa es tuya por no ser fuerte, por no confiar... Con el paso del tiempo, la mejor medicación es el espejo, para autoanalizarse, el microscopio, para analizar, y una inyección de confianza que te permita seguir hacia adelante. En cuanto te das cuenta de cuáles son los errores, lames con celo las heridas de batalla y, con la misma dignidad de un gato, regresas al terreno de juego. Ya me voy encontrando mejor…

sábado, 11 de octubre de 2008

Recordando A Un Lugar

Hoy me siento con ganas de echar la vista atrás, y buscar ese lugar que nos marcó y nos hizo especiales. Héroes de nuestra propia historia, protagonistas de nuestro propio cuento. Un escenario donde empezamos a escribir una canción para los dos.

Quizás fue en ese concierto donde ambos estábamos, pero aun no sabíamos que existíamos. Puede que incluso tropezara contigo, y tú no te dieses cuenta... O en ese en el que sí nos conocíamos, A lo mejor fue en ninguna parte, un lugar escondido entre bytes y cables donde una conversación se hilaba en el ciberespacio. ¿Fue ahí donde realmente todo empezó? El ángel sin alas conoció al rey del dolor...

El cine donde siempre íbamos, que nos unía cada vez más, o ese lugar apartado del mundo, donde empezamos a compartir nuestras confidencias. Tú coche, el mío. La playa en las estrellas, la intimidad del sur, la tranquilidad del norte... A lo mejor fue en esa ciudad en tierras germanas que juntos conocimos y en la que forjamos un sueño a cumplir. Pero para mí fue esa habitación, donde llevamos media vida peleando y amando, jugando y hablando, durmiendo y riendo...

Hay tantos lugares que recordar, tantos momentos para no olvidar...

Pero lo más importante no son los escenarios, sino los protagonistas de esa obra que todavía se escribe. A cada cual más imperfecto, más tozudo o necio. No es un cuento de hadas, ni un relato de ciencia ficción. Es una historia basada en hechos reales, con personas de carne y hueso que decidieron, por causas del azar o del destino, compartir una aventura juntos, y reinventando sus vidas, han llegado hasta aquí.

La vida sigue, el amor crece. Nadie sabe adónde nos llevarán los pies, pero quiero seguir descubriendo lugares, abriendo puertas a nuevos escenarios que desvelen historias. La nuestra. Hasta que finalmente en letras de oro nuestra obra jamás será olvidada, grabada a fuego en nuestros cuerpos, nuestros corazones de artistas llenos de sueños. Se cierra un nuevo acto para dar paso al siguiente. El espectáculo debe continuar. Te quiero.

jueves, 9 de octubre de 2008

Psycho Me

N de Nuevo, Naïf (ingenuo)
A de Aventurero. De no tener miedo a hacer locuras. . De Amigo, que siempre está para escuchar
V de Verdadero, de aquel que se cansó de mentir para decir la Verdad
I de Idealista, porque siempre vive en un mundo de sueños, lucha por ellos. Sueña siempre.
N de Noctámbulo, porque nunca puede dormir...

Navin es más que un nombre, más que un conjunto de tópicos. Soy yo. El que te hace reír, el que te escucha, el que lee, escucha música y le gusta el cine. El que sueña despierto, sueña dormido y el que lucha. El que no duerme hasta muy tarde, el que sale de fiesta, el que a veces no sabe adónde le lleva el mundo, el que no soporta la soberbia y la prepotencia, el que se pone triste sin saber porqué, el que escribe siempre con acentos, el que le gusta dibujar, el que siempre planifica, el que sabe más de lo que dice, el que nunca quiere discutir, el que siempre discute. El perfeccionista, el que quiere ser escuchado. El que a veces no sabe quien es... Navin es muchas cosas que no sabe ni él mismo que lo es... Navin en ocasiones es menos cosas de las que él piensa que es. Navin es complicado, pero Navin es Navin

domingo, 5 de octubre de 2008

Una señal en el cielo


El lo alto del mirador, una sombra se asoma en la noche. Camina lentamente por la tarima de madera, haciendo crujir las tristes tablas que la sustentan. Sus delicados pasos la llevan hasta la barandilla, donde espera tranquila a las estrellas del firmamento.

El resto del mundo duerme, mas ella guarda las horas nocturnas para asomarse al mirador. Ése es su lugar en el mundo, ese rincón donde se sentía segura viendo el cielo impregnado de betún.
El viento ondea placidamente, meciendo su cabellera con delicadeza, como su dulce amante que la acaricia con mimo, incitándola a acompañarla un poco más durante aquella velada. Los astros del cielo titilan con suavidad, como en respetuosa reverencia a su fiel amiga que las visita todas las noches.

Todas las noches un mudo silencio, apenas interrumpido por el latido de su corazón, la acogía en su seno. Una paz que en ningún otro lugar podría encontrar la guardaba de todo mal. Allí no siente. No padece. El dolor perdía su libertad entre las rejas de la barandilla, prisionero de batalla . La dama había encontrado allí un refugio contra la guerra, las enfermedades, el odio y el desamor. Un lugar donde nadie podía hacerle daño. Tan alto que los problemas no podían trepar. Tan oscuro, que las maldiciones no la podían encontrarla. Un lugar entre los ángeles, donde sólo los pájaros podían llegar.

Aquel inhóspito lugar, donde ningún problema era capaz de alcanzarla... tampoco ninguna clase de sentimiento podía vivir sobre sus tablas. La joven se sentía segura allí, porque ya no era vulnerable al dolor, a la pena.. pero inexorablemente desaparecían la ilusión y los sueños de su corazón, y ya sólo vivía por esos momentos de paz artificiales. Allí buscaba una señal en el cielo.. una señal que no llegaría nunca.

viernes, 3 de octubre de 2008

Malísimo

Sigo malo. Sufro del aburrimiento, lloro del cansancio. Esto es un coñazo. Fiebre que no existe, fiebre que sí, dolor de garganta y las defensas por los suelos. ¿No hay medicina que me cure y me deje hacer vida normal? Ay, que cansadito estoy de estar malo... Ay que dolor!