lunes, 7 de mayo de 2012

Desvelo solidario

A lo largo de estos dos meses y medio no he parado de trabajar y sudar la gota gorda. Trabajo construyendo mi nueva existencia en esta ciudad. Ladrillo a ladrillo, colocando con mucha paciencia y esmero cada una de las piezas que espero algún día se conviertan en mi hogar. Todavía me queda mucho camino por delante y sé que la obra, para que sea una obra maestra, ha de hacerse despacio y con mucho mimo. Sorprendentemente no he desesperado ni una vez, y las cosas están yendo bastante más rápido de lo que nunca pensé. El desánimo y la incertidumbre todavía no me han hecho mella y doy gracias por ello. Mis planes de futuro me han llevado hasta aquí, y no me arrepiento de nada.

Pero hoy no quiero detenerme más hablando de mí. Como ya digo, las cosas de momento van viento en popa y toco madera para que sigan yendo así. Hoy quiero escribir en todas esas personas que me desvelan con sus desvelos, y sus preocupaciones se convierten en las mías también. Mis amigos.

Últimamente no paro de recibir malas noticias, y las dudas inundan los teléfonos y los e-mails. Los problemas parece que se van haciendo más grande y poco es lo que puedo hacer yo desde aquí. Mails kilométricos o conversaciones al teléfono no son suficiente consuelo, ni una palabra de aliento puede sustituir una palmadita en el hombro ni una llamada un abrazo, aun así necesito estar para ellos, que siempre me han tenido como un faro que ayuda a tomar el buen rumbo.

Hoy me acuerdo de ti, que necesitas cambiar de vida y encontrar un nuevo sentido a tu vida. Te animo a que tomas las riendas del cambio y busques más allá de las fronteras un lugar donde volver a empezar. Sé fuerte y no dejes que los hilos del destino te enreden y te ahogues en la isla.

También tengo palabras para ti, una persona que descubrió el amor de la forma en que jamás ella pudo esperar y necesita fuerzas para afrontarlo. Ojalá mi experiencia  y mi ejemplo te pueda servir de inspiración para ser valiente y seguir adelante.

Tú también tienes un hueco en mis pensamientos, que tienes miedo de volver a enamorarte y de encontrar a alguien que pueda motivarte. Espero que algún día seas capaz de echar la vista al pasado y encontrar que el pasado es simplemente pasado, y que el futuro tiene mucho por ofrecerte. Sólo tienes que dejarte encontrar.

Y por último para tí. Mi niña frágil. Todos tenemos derecho a equivocarnos y volver de nuevo al punto de inicio. Siempre estamos a tiempo para resetear y volver a empezar. El camino es duro, la situación es complicada, pero recuerda que tu casa siempre será tu casa, el lugar donde más protegida te sientas y que sólo es cuestión de curarte las heridas para poder volver a volar de nuevo.

Son mis amigos, las personas que siempre han velado por mí y que gracias a ellos hoy estoy donde estoy. Por eso no puedo dejar de preocuparme por ustedes, y quitarme horas de sueño para que, de alguna forma, mis mejores deseos se conviertan en el aliento para poder seguir adelante.

Un abrazo muy fuerte.