Y terminó Abril... igual que todo lo demás. Mi relación, mis planes de independencia, las voces de mi cabeza... Mi vida se ha convertido en un mudo silencio, donde sin articular palabra recibo el rencor en forma de canciones, acusaciones vía e-mail e invasiones amorosas a la hora de dormir. A pesar de todo, ahí seguimos aguantando sin articular una sola palabra.
Mis 25 han pasado sin pena ni gloria, por mucho que haya intentado darles su lugar, y la semana santa finalmente también perdió su color. Como una broma pesada, Abril se tiñó de gris en el calendario, para que me acuerde siempre que por mucho que lo intenté, ese mes murió nuestro amor.
Llegarán otros meses mucho mejores que este, llenos de felicidad y de nuevas oportunidades para amar y disfrutar de la vida. Con el tiempo las penas desaparecerán y sólo quedarán los buenos recuerdos de una vida conjunta. Vendrán ofertas de trabajo, viajes y diversión con los amigos. Llegará la época de bodas, el momento de tomar decisiones y así y todo, un año pasará. Volverá abril de nuevo, pero el próximo será para sonreír y disfrutar de una felicidad infinita, y será otra vez el más brillante de los meses.
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