sábado, 5 de febrero de 2011

And the truth is...

...Hoy me quiero confesar, y ser sincero sin tapujos. Más ahora, que sé que nadie lee este blog, puedo estar tranquilo de decir lo que siento y gritarlo a los cuatro vientos porque nadie me escuchará, por más que quede grabado en este blog de por vida.

Soy un esclavo de mi trabajo, me he convertido en aquello que siempre detesté y nunca quise para mí. He dejado de ser idealista, y sólo lucho por un sueño que se va quedando añejo, y tengo miedo de que lo único por lo que he luchado tantos años  no sea aquello que yo esperaba.

Tengo pavor de descubrir ante el espejo que soy un inútil y que no sirvo sino para trabajar. Miedo de no saber llevar una casa, de aprender a equilibrar el tiempo de estar solo con el de conocer a gente nueva. Miedo a no saber vivir sin comodidades, miedo al fracaso y a volver de vuelta.

Me he aislado tanto, que siento que mi corazón se ha enfriado, y empiezo a tener dudas de encontrar a alguien que considere "de mi altura", porque esos que yo quiero, no me consideran suficiente para ellos. No quiero quedarme solo, quiero encontrar a gente que me motive lo suficiente para enamoramre, y no tener que sacrificar y venderme en las rebajas o en los saldos.

Mis amigos ya no están a mi lado. Cada uno ha emprendido su vida y me han dejado solo. Yano queda sino un tenue rastro telefónico que me veo obligado a alimentar semana tras semana, pero que es insuficiente cuando tengo ganas de gritar y desahogarme. Si hoy necesito ver a alguien para aliviar mi pena, probablemente tenga que afrontar el mañana solo.

El resto del mundo sigue con sus vidas, más o menos felices, sabiendo que la norma les permite hacer lo que les parezca... pero yo sigo aquí, sin un futuro inestable sin saber muy bien adónde y cómo tirar.

Sí, mi trabajo es maravilloso y es lo que siempre había querido.... pero hay muchas cosas que me gustaría hacer... como aprender de nuevo a disfrutar de la vida a sorbos, recuperar las ganas de salir de fiesta y emborracharme, dejar de reprimirme y volver a hacer locuras, volver a tener ilusión por algún chico, pasar un rato con mis amigos, no pensar en el futuro y disfrutar del presente.

¿Por qué día tras día siento que estoy haciendo un sacrificio para una inversión a futuro? ¿Acaso recuperaré mi vida cuando me vaya o eso que perdí ya no volverá? ¿Acaso pierdo el tiempo o realmente mi futuro está relleno de aquellas cosas que siempre había soñado para mí?

Ya veremos qué es lo que pasa....

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