sábado, 18 de abril de 2009

25

Siempre pensé que entraría a los 25 con mi vida encaminada a un lugar, con los deberes hechos y simplemente asentarme hasta que todo aquello por lo que había luchado se consolidara.

Mi entrada a los 25 me ha cogido con las manos vacías, sin especial ilusión y con bastante indiferencia por todo, sin celebraciones ni regalos. Un 18 de Abril que pasaría sin pena ni gloria, con un Navin que caminaría bajo los focos apagados y de puntillas sin molestar a nadie. Afortunadamente, me equivoqué.

Quizás, el hecho de dejar que todo se dejase hacer ha hecho que el día de hoy sea tan especial. La torre que había tirado ha empezado a construirse de nuevo.

En primer lugar, muchos mensajes de gente que no esperaba, personas muy especiales que han querido sorprenderme tal día como hoy. Personas que nunca pensé que se volverían a preocupar por mí, me quedo con ellos. El teléfono además sonó lo justo y necesario. Esos amigos que siempre están y estuvieron ahí, ni uno más, ni un menos. Todos a muerte por mí, y de verdad que se agradece de corazón.

La fiesta de hoy, que en ningún momento estaba hecha para mí, me regaló momentos muy especiales y divertidos. La gente del trabajo, que durante todo este tiempo he mimado, me devolvieron sonrisas y buenas caras. Son mis nuevos amigos, especiales y queridos como los de siempre. Creo que si hubiera organizado algo para hoy no me lo hubiera pasado mejor.

Además, el mayor regalo que recibí hoy fue un nuevo horizonte por el que luchar, una puerta al futuro para mí, que veremos si aguanta lo suficiente como para que pueda pasar por ella.

Luego, unas cervezas con la gente de siempre, los incondicionales que siempre están ahí pasando la noche hasta no muy tarde (ya somos mayores...) hablando de chorradas y de nuestras nuevas vidas.

En resumen, un día normal, sin pretensiones, que se convirtió en un punto de inflexión para saber qué es lo que tengo y qué es lo que quiero. Los sueños siguen siendo los mismos, pero las formas de conseguirlos han evolucionado.

La semana que viene celebraremos y festejaremos más, pero estoy muy satisfecho del día de hoy. Me voy a dormir con la sonrisa puesta, porque el mundo tiene muchísimas cosas que ofrecerme todavía, y estoy dispuesto a luchar por ellas.

Gracias a todos.

1 comentario:

Gritando en Silencio dijo...

La semana q viene estoy ahí, así q si me dejas me uno a la celebración. Por haber compartido pupitre y confidencias, por haber crecido juntos y habernos separado, pero lo más importante, porque nuestros caminos han vuelto a unirse de nuevo. Y tengo la suerte de poder decir que eres parte de mi vida.

FELIZ DÍA