Realmente me está costando poco retomar mi vida, y darme cuenta de lo que tengo, de lo que soy. Supongo que en el fondo es algo que tengo tan interiorizado que no hay que ahondar mucho para dar con la conclusión.
Me siento bien, me siento a gusto conmigo mismo. Sé lo que he de suprimir en mi vida para sentirme mejor, y lo que echo en falta: mis amigos perdidos. Son ellos los que me equilibran, en todos los sentidos y me hacen recobrar la conciencia, obligándome a desdramatizar y a seguir disfrutando de la vida.
Hoy es uno de esos días en los que me siento afortunado en la vida. ¿Qué me falta para ser feliz? Realmente poco, porque sonrío a cada día y disfruto del momento. Las cosas van bien después de un pequeño bajón.
Esta vez quiero seguir analizando la ecuación, encontrando el diferencial que me sume en la tristeza, la corriente marina que cambia el rumbo de mi barca centrada. Quizás, cuando la identifique, logre dominarla y anular su efecto. Veremos en qué desemboca todo esto...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario