El Tiempo verdadero ni se tiene ni se controla, el verdadero Tiempo no entiende de días y semanas, tan sólo transcurre monótona y continuamente por la Eternidad. Nunca es demasiado tarde ni demasiado pronto, y camina sin que nadie le pregunte ni se detiene porque alguien lo pida. El Tiempo es Tiempo.
En un intento de controlarlo creamos las semanas y los días, intentando diseccionarlo en minutos y segundos a fin de inventar un imaginario poder sobre él. El Tiempo seguirá pasando igual, sin entender a números ni relojes al mismo ritmo que lo hacía hace 1000 años...
Es normal y típico de estas fechas hacer un balance de lo bueno y malo, como si cerráramos un episodio para abrir otro nuevo otra vez. Yo no pienso hacerlo. Nos obligamos a hacernos nuevas promesas para el año que viene y buscar los errores del pasado para no volverlos a cometer. Creo que cualquier momento es bueno para reflexionar, analizar y cambiar, y realmente creo en mi propio ritmo de hacer las cosas.
El año que viene se abre como un tiempo de mejora y perfeccionamiento, con las ideas claras y los mismos sueños que el anterior. Mi ciclo de trancisión no se ha cerrado todavía, y quiero que termine conmigo más fuerte y seguro quede nunca. Por eso para mí este año no supone cerrar ningún capítulo en mi vida, sino seguir el mismo camino que llevo haciendo desde hace meses ya.
La clave no está en cambiar año a año, sino en darse cuenta en el momento de que la ruta que se sigue no es la correcta y saber corregir a tiempo de la mejor forma posible. El Tiempo corre, y yo me voy con él.. Feliz, contento y todavía con un gran sueño por cumplir...
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