lunes, 18 de abril de 2016

Feliz Cumpleaños... ¡Y que no pare la música!

En apenas unos minutos la Tierra habrá terminado su viaje alrededor del Sol una vez más desde que mis ojos vieron el mundo por primera vez. El agradable momento de recibir felicitaciones y soplar las velas se acerca. Ese día en el que te conviertes por obligación en el centro de atención, algo que personalmente no me desagrada en absoluto, ya está por llegar.

Y se hace inevitable previo a este día tan especial, hacer un pequeño paréntesis de reflexión donde hacer balance y pensar.

Hoy me miro al espejo y estoy orgulloso de la imagen que me devuelve. Veo una sonrisa reluciente por la que he luchado cada día por verla brillar así. Me siento feliz, porque creo no es fruto de la casualidad. Llegar hasta aquí es fruto del conjunto de promesas que me hice por cumplir sin dejarme doblegar y pelear por mis sueños.

Conseguí alejarme de ser el poeta que decide trabajar en un banco y me convertí en el artista que vive de sus cuadros que todos miran y admiran. Decidí ser esa persona que la gente quiere tener a su lado no por el dinero que tiene, sino por la honestidad de sus actos. Peleé por todas esas pequeñas y grandes locuras que pasaban por mi cabeza para hacerlas realidad. Y aunque han habido tropiezos en el camino, he conseguido llevar mi barco allá donde siempre quise que estuviera.

Pienso que si viajara al pasado y me reencontrara con mi yo de hace una o dos décadas no se podría creer todo lo que he hecho ni en lo que me he convertido. Realmente los sueños se hacen realidad.

Después de descompensar tanto la balanza con todo lo bueno que me ha pasado en mi vida y en los últimos años, es el momento de poner en el otro lado las cosas a mejorar o sobre las que debería trabajar... Pero sinceramente, no me apetece. Nos pasamos la vida pensando en cómo hacer más deporte, disfrutar más del tiempo libre para trabajar menos, mejorar nuestros hábitos, encontrar pareja y mil cosas más que se nos ocurren que empañamos todo lo bueno que hay a nuestro alrededor.

Hoy es un momento de celebrar, y al igual que día a día lucho y lucharé por mantener esa sonrisa, procuraré que cada año sea más brillante y no se caiga ningún diente por el camino. Hoy es un día de celebrar que ya sigo aquí, haciendo cada día mis sueños realidad rodeado de gente que me quiere y me apoya. ¿Se puede pedir algo más? Sí, que siga así y no pare la música.

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