Existe un dialecto olvidado que nunca llegó a formar parte de mí. Transmitido por voces amigas y entendido por oídos que nunca fueron los míos. Mi legado y mis raíces reposan sobre esas palabras ajenas, palabras que volaron más allá de mi entendimiento donde se suponía que yo nunca llegaría.
Hoy he decidido acabar con esa ignorancia que nubla mi sangre. Gracias a los compases de una música que siempre amé, las letras volvieron a bailar a mi alrededor, demostrándome que sólo el que realmente quiere, es capaz de conseguirlo todo. Y hoy, al son de la música de mi niñez, he decidido aplicarme en una empresa cuyo fin no es más que la propia satisfacción personal.
Con esfuerzo, esas palabras surgiran con fluidez de mi boca, y un nuevo conocimiento reposará sobre mi cabeza. Una lengua que forma parte de mis ancestros, y aunque yo no pueda transmitirla a través de mi sangre, al menos descansará conmigo, formando parte de lo que soy y nunca he negado.
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