Súbitamente el pasado vuelve a ti para recordarte que una vez sentías y que las cosas no eran tan racionales o pragmáticas pomo quieres hacerlas creer. Es entonces cuando replanteas tu vida y vuelves a hacerte las mismas preguntas que hace años te hacías, cuando pensabas que gracias a la madurez de los tiempos presentes y todo lo que has vivido no volverías a plantearte: "¿Hay futuro después de dos corazones rotos? ¿Hay esperanza para esa historia que nunca volvió a pasar?".
Definitivamente este año está siendo un año de sentir y pensar al mismo tiempo. Me doy cuenta que dentro de todo este sentir hay mucho llamémosle "capricho" detrás por crear las historias perfectas o redondas donde todo tiene un cierre o un final feliz, una esperanza porque esas personas que ya estaban presentes en el pasado de una forma especial formen parte del presente y definitivamente del futuro.
Creemos en el destino, en que las cosas no pasan por coincidencia.. y a veces tenemos que darnos cuenta de que efectivamente la vida es curiosa y nos hace tropezarnos dos veces con la misma piedra (y a veces tres), pero que no hay astros alineados detrás y que las cosas ocurren simplemente porque tienen que pasar, sin haber más explicación que los hechos que están pasando.
En cualquier caso el ser humano, en su bendita ignorancia, intenta pensar en "cerrar círculos perfectos" o en "hilar una historia perfecta tras años de construción". La vida no es una historia de amor como en las películas. Las cosas pasan sin más explicación y nos tenemos que aferrar a un presente, siendo conscientes de nuestro pasado para construir el futuro que buscamos para nosotros.
Todo lo demás, estás de más.
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