Desde el miércoles, algo pasó que se abrió la puerta al Pasado, y todas las historias que una vez viví, volvieron a aparecer como si el tiempo no hubiera pasado: Conversaciones hasta las tantas, burradas sin sentido a cada segundo, los cortados en el Arkaba, las risas de la azotea, las marchas brutales y sobre todo los amigos. Hay cosas que parecen que se han perdido para siempre, pero si rascas un poco, ves que todavía siguen ahí. Este fin de semana ha sido el recuerdo de la vida que llevábamos hace años, donde todos veíamos muy lejos un futuro que, para bien o para mal, ya está aquí sobre nuestras cabezas. Seguramente el tiempo acabe separándonos a todos para siempre, pero yo me quedo con este fin de semana para recordar que, aunque cada uno había tomado su camino, supimos reunirnos todos para revivir nuestros mejores momentos juntos.
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