viernes, 12 de diciembre de 2008

Con la maleta a cuestas

Hay gente que vive por viajar, por conocer el mundo en el que vive y ensanchar su universo hasta el infinito. Otros son amantes de su tierra, de ese trozo del planeta en el que vive y que le vio nacer. Los que se van y los que se quedan.


Yo quiero ser de los que se van, los que buscan aventuras en lugares que no conoce, en la acera de enfrente o en las antípodas del planeta. Quiero ser el que busca la oportunidad que no encontró allá donde nació. El que llene su diario de anécdotas e historias de mundos y culturas. Quiero ver mundos lejanos, y marcar en el mapa los sitios que mis pies han pisado.

Mi sangre vio el Indo y el Ganges cruzar, pero mis piernas en África aprendieron a caminar. A pesar de todo, la lengua que hablo es europea. Soy cosmopolita y la tierra no me ata, y el futuro me aguarda allá donde mi corazón me lleve. Algún día me iré, mientras me tachan de loco aquellos que se quedan, esos que tanto quiero pero poco me entienden. Los años pasarán y mi vida se marchitará lentamente, bajo el aire del ártico o las lunas africanas. Sólo espero volver algún día, porque siempre habrá gente que se quede, gente que me espera y que no quiero perder...

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