Una ilusión que se acerca, una realidad que florece para luchar por lo mejor, disfrutar de un sueño que se cumple otra vez. La sonrisa de un niño nace una vez más, ése que dibujaba en sus cuadernos personas que vivían felices por siempre jamás. Bajo el trazo de su lápiz gris imaginaba su vida amada, en un lugar que nunca nadie llegó a imaginar. Su mina frotaba sin miedos las hojas, esperando que un genio apareciese a concederle su deseo.
Más allá de las estrellas permanece ese sueño que resplandece. El tiempo pasa y parece que fue ayer cuando un día al cielo le contaba mis secretos tabaco en mano, viendo el humo volar a modo de mensaje directo a las estrellas. Nicotina en emulsión, elevada por el soplo de una ilusión de brillar como los astros en el cielo, llenando de orgullo a todos los que le rodean, compartiendo alegrías y triunfos de la vida. Una estrella que ya brilla en mi interior.
En una canción en mi cabeza su ritmo me eleva, su letra me transporta a ese lugar que siempre soñé. Tan cerca en el tiempo, tan lejos en la distancia, un futuro en una llave, una llave en forma de canción. Tantos caminos abiertos, tantas posibilidades y sólo una que puedo escoger. El leve sonido de la música me guiará. Confío en él, aunque a veces mi oído no alcanza a oírlo, confío en mi inspiración para sentirla, y juntos llegar a cerrar el círculo, y hacer que todos los sueños se hagan realidad.
¿Qué pasará luego?... Luego.. Quién sabe... lo único que tengo claro es que no dejaré de soñar...
martes, 2 de diciembre de 2008
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