¡Hoy tengo una cita! Y para variar no tengo tiempo para arreglarme y adecentarme todo lo que pudiera. Me miro al espejo y veo mi afeitado… Hm.. Si me afeito hoy, pasado mañana tendré la barba de dos días que me queda bien. ¡Perfecto! Mi cita es el viernes, justo a tiempo. Pensé que no llegaba…
El viernes llega y miro mi armario con curiosidad. ¿Esto me quedará bien, no? Mierda, mi camiseta favorita ha encogido, y ahora no sé ni que parezco con mi camiseta apretada… Miro el móvil a ver si recibo un mensaje o algo. Habrá que buscar otra que me quede bien. No encuentro mi camiseta favorita nº 2! Abro los armarios de toda la casa porque en alguno tiene que estar. Reviso el móvil por si hay novedades. Para variar, mi ropa anda extraviada por los cuartos de mis hermanos. Ya no me queda tanto tiempo como antes y estoy empezando a sudar… La camiseta favorita número 2 ha desaparecido del mapa. Bueno, seguro que dentro de cuatro semanas, cuando ya haya pasado todo, aparecerá como si nunca se hubiese movido del armario (Las maravillosas Leyes de Murphy). Decido conformarme con la primera camiseta que tenga una pinta normal, que no esté arrugada ni manchada. Miro el móvil, ya sólo por curiosidad…
Hoy creo que es el día…, así que toca buscar los calzoncillos de la suerte. Y es entonces cuando piensas la efectividad del calzoncillo mágico… ¿Alguna vez realmente ha pasado algo llevando esa ropa interior? Ahí es cuando te das cuenta de que eres un supersticioso sin sentido. En fin, habrá que buscar otro momento para sopesar lo supersticioso que puedo llegar a ser… Voy al baño a ponerme 3 litros de desodorante para compensar los malos ratos y 2 kilos de gomina para fijar el pelo.
Miro el móvil. Aún quedan 15 minutos para quedar, y no hay mensajes. El corazón se pone a mil pensando en la cita. Otras partes del cuerpo también, por solidaridad con el corazón… ¿Saldrá bien todo esta noche? Repaso con mimo lo que va de relación hasta el momento, analizando si esta noche será la noche o habrá que esperar un poco más… El sudor vuelve a entrar en escena, y se me ocurre que esto del sudor se tiene que poder operar, o algo….
Después de otros 6 litros de desodorante, 2 más de gomina y otros 3 de perfume, ya habrás llegado al fin de la pre-cita y sigo vivo.
El viernes llega y miro mi armario con curiosidad. ¿Esto me quedará bien, no? Mierda, mi camiseta favorita ha encogido, y ahora no sé ni que parezco con mi camiseta apretada… Miro el móvil a ver si recibo un mensaje o algo. Habrá que buscar otra que me quede bien. No encuentro mi camiseta favorita nº 2! Abro los armarios de toda la casa porque en alguno tiene que estar. Reviso el móvil por si hay novedades. Para variar, mi ropa anda extraviada por los cuartos de mis hermanos. Ya no me queda tanto tiempo como antes y estoy empezando a sudar… La camiseta favorita número 2 ha desaparecido del mapa. Bueno, seguro que dentro de cuatro semanas, cuando ya haya pasado todo, aparecerá como si nunca se hubiese movido del armario (Las maravillosas Leyes de Murphy). Decido conformarme con la primera camiseta que tenga una pinta normal, que no esté arrugada ni manchada. Miro el móvil, ya sólo por curiosidad…
Hoy creo que es el día…, así que toca buscar los calzoncillos de la suerte. Y es entonces cuando piensas la efectividad del calzoncillo mágico… ¿Alguna vez realmente ha pasado algo llevando esa ropa interior? Ahí es cuando te das cuenta de que eres un supersticioso sin sentido. En fin, habrá que buscar otro momento para sopesar lo supersticioso que puedo llegar a ser… Voy al baño a ponerme 3 litros de desodorante para compensar los malos ratos y 2 kilos de gomina para fijar el pelo.
Miro el móvil. Aún quedan 15 minutos para quedar, y no hay mensajes. El corazón se pone a mil pensando en la cita. Otras partes del cuerpo también, por solidaridad con el corazón… ¿Saldrá bien todo esta noche? Repaso con mimo lo que va de relación hasta el momento, analizando si esta noche será la noche o habrá que esperar un poco más… El sudor vuelve a entrar en escena, y se me ocurre que esto del sudor se tiene que poder operar, o algo….
Después de otros 6 litros de desodorante, 2 más de gomina y otros 3 de perfume, ya habrás llegado al fin de la pre-cita y sigo vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario