Una puerta que nadie sabe adónde lleva, y sólo los que se han ido conocen la respuesta, pero nadie ha vuelto nunca para contarlo. Tras sus muros dorados envueltos de misterio una pregunta sin respuesta rebota una y otra vez. ¿Qué hay más allá de Las Puertas del Cielo?
Cuando dejamos de existir, hay quien dice que al pasar por la imponente entrada oculta en ninguna parte, un mundo maravilloso se extiende hacia la eternidad, un edén del que nunca debimos salir y donde la felicidad se perpetúa en cada segundo de nuestra nueva existencia. El lugar del que nunca debimos salir. Otros cuentan que “entrar es como volver a nacer”, y todo vuelve a donde todo comenzó, como si la entrada fuera una salida hacia aquel lugar de donde vinimos.
Cuando dejamos de existir, hay quien dice que al pasar por la imponente entrada oculta en ninguna parte, un mundo maravilloso se extiende hacia la eternidad, un edén del que nunca debimos salir y donde la felicidad se perpetúa en cada segundo de nuestra nueva existencia. El lugar del que nunca debimos salir. Otros cuentan que “entrar es como volver a nacer”, y todo vuelve a donde todo comenzó, como si la entrada fuera una salida hacia aquel lugar de donde vinimos.
La vida es muy complicada para poder entenderla, y miles de teorías intentan justificar aquello que no podemos entender, o que no podemos aceptar. Hace días soñé que tocaba las Puertas del Cielo. Tocaba, pero nadie contestaba. Reuní fuerzas para entrar y empujar las pesadas puertas de entrada. Cuando conseguí abrir… no había nada en su interior…
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