domingo, 31 de agosto de 2008

...Que viene el Coco y te comerá...


Dormir siempre me ha supuesto una odisea. Acostumbrado a trasnochar hasta altas horas de la madrugada, dedicaba mi tiempo a cualquier cosa antes que a cerrar los ojos y dejar escapar el día por fin. Eso siempre me ha cobrado factura, y las mañanas siempre se tornaban complicadas para despegarme de la cama.

Si antes era complicado, ahora cerrar los ojos implica ver una película de terror, o al menos una bastante alternativa. Una de estas que te dejan inquieto e intranquilo cuando aparecen los créditos. Despierto empapado, con la sensación de no haber cerrado nunca los ojos y deseando poder cambiar el canal para pasar a los anuncios.

Sueños raros, pesadillas con sombras premonitorias. Verdugos que eternizan mi noche y fantasmas que acarician mis horas. Se estremecer mis sentidos hasta despertar en un estado de semilocura, donde las imágenes de mis pesadillas se repiten como flashes durante las primeras horas de la mañana.

Abrazo mi almohada como si mi amante se tratase, como si ella pudiera protegerme de los malos pensamientos… Mi escudo, mi protector… Pero sólo uno es capaz de enfrentarse a sus pesadillas, a los miedos internos que tiene el subconsciente. Los sueños son la forma que tiene la mente de solucionar los entuertos de nuestro día a día, y la mente lucha a capa y espada por mantenerlos a raya mientras roncamos un rato. En fin, yo sólo quiero descansar tranquilo, sin la necesidad de aguantar despierto hasta el alba para no dormir, y volver a disfrutar de esos sueños que sí me gustaría se hicieran realidad. Ya es tarde… Ya toca descansar… Buenas noches!

No hay comentarios: