lunes, 18 de agosto de 2008

La bella durmiente



Érase una vez en un sueño, una bella dama que durmió y nunca pudo despertar. Maldita a vivir un mundo de escaparate donde nada de lo que existía era realidad, pero del que le era imposible escapar.

Ella no sabía que vivía en una tierra de quimeras, pero con el tiempo empezó a darse cuenta de la ridiculez en la que se convertían los seres que tenía a su alrededor. Cada día todo resultaba más incoherente, un sinsentido que se extendía hasta la eternidad. Batallaban entre ellos sin ningún motivo, cometían disparates y locuras, las verdades eran realidades parciales y los contratos escondían cláusulas secretas. Se sentía en un dibujo animado. Era como vivir rodeada de elefantes de colores.

Vivía con resignación, llegando a la conclusión de que sus días no eran sino ficciones imposibles de tomarse en serio. Cada hora que pasaba en él, más claro tenía que aquello no podía ser verdad. Desde entonces ya nada terminó por cuadrar: un sabor que no llegaba a explotar en su boca, una visión en la que faltaba algo para ser real, un abrazo incompleto… Cualquier cosa había perdido sentido, y se sentía sola en un mundo que era incapaz de comprender. Un lugar donde no podía ser completa.

Un día tomó una determinación: No podía vivir en una tierra donde sentía que nada de lo que hacía era en realidad. Cansada de este loco mundo, desesperada de un mundo sin futuro, decidió terminar con esta farsa de una vez. “Quizás muriendo en este mundo consiga despertar en aquel que me pertenecía.” Pensaba con dolor. Así que un día, subió al edificio más alto que conocía y miró al horizonte desafiante, diciéndole adiós a una realidad que no era la suya. Por fin podría escapar para volver a sentirse ella misma. Cerró los ojos y empezó a sentir el viento corriendo por su cara a toda velocidad…

“Una muerte instantánea donde los huesos aplastaron sus órganos vitales. Sufría un trastorno mental y a veces perdía el contacto con la realidad” Ese fue el diagnóstico de los forenses. Ella jamás volvió a despertar, ni aquí ni en ninguna otra parte. La bella dama nunca supo que lo que realmente fue un sueño, fue que nunca estuvo dormida.


BORN TO SHINE
BORN TO BE THE ONE
DEAD AS ALL
NEVER UNDERSTOOD
EVEN BY HERSELF

1 comentario:

Gritando en Silencio dijo...

Hacía tiempo que no me pasaba. La Bella durmiente siempre me ha recordado a ti :o)

Un beso fuerte